El Golfo de California y las Islas

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Conocido como “el Acuario del Mundo”, nombre con el que lo llamó el oceanógrafo francés Jacques-Yves Cousteau por su extraordinaria riqueza biológica y belleza natural, el Golfo de California o Mar de Cortés es uno de los ecosistemas marinos más importantes de México y uno de los que cuenta con mayor productividad y biodiversidad del planeta.

El Golfo de California se localiza entre la península de Baja California y los estados de Sonora, Sinaloa y Nayarit. En su extremo norte se encuentra la desembocadura del Río Colorado, que nace en las Montañas Rocosas. Cuando se formó —como consecuencia del desgajamiento de la península del continente—, con el desprendimiento de la tierra, algunas extensiones pequeñas de la misma quedaron aisladas en el mar, dando lugar a muchas de las más de 920 islas, islotes y rocas que hoy dan carácter y diversidad a la región; otras más, surgieron como resultado de inmensos escurrimientos de lava, producto de la actividad volcánica submarina.

El fondo del Golfo de California es uno de los más abruptos del mundo; aunque en promedio sobrepasa el kilómetro de profundidad, los valles y cañones submarinos que ahí se encuentran, llegan a formar abismos que superan los 3 kilómetros. Además, es uno de los lugares del mundo donde existen cascadas submarinas de arena.

En sus aguas azules habitan 33 especies de cetáceos —casi la mitad del total del planeta—; es hogar de la vaquita marina, el único mamífero marino endémico de México, y que está en peligro de extinción; y por él transita la ballena azul, el animal más grande del mundo.

En la región, también viven siete especies de tortugas, 890 especies de peces, 4800 especies de invertebrados y 450 especies de macroalgas; sostiene los arrecifes coralinos más septentrionales del continente americano y sus costas tienen 136500 hectáreas de manglar —casi la sexta parte de los manglares del país—, que sirven como guarderías de larvas y peces.

Este magnífico e inigualable lugar, es uno de los últimos refugios naturales del planeta. Sus aguas de colores azul profundo y turquesa, la abundancia de vida marina y aviaria que alberga, sus islas de terrenos accidentados con altos acantilados y playas arenosas, hacen del Golfo de California un sitio único, de imponente belleza.

Con la finalidad de conservar los recursos naturales de las islas del Golfo de California, así como de proteger las comunidades y los procesos ecológicos que en ellas se desenvuelven, en agosto de 1978, el área fue decretada por el gobierno Federal de México, Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y Fauna Silvestre Islas del Golfo de California, y en el año 2000, fue recategorizada como Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California.

En el ámbito internacional, el 14 de julio de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró 244 islas, islotes y zonas costeras del Mar de Cortés como Patrimonio Mundial de la Humanidad, en su categoría de bienes naturales, bajo la denominación de Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California, colocándolas a la altura de reservas como las islas Galápagos y la Gran Barrera Arrecifal Australiana. El área total declarada es de 1,838,012 hectáreas, de las cuales 75% son áreas marinas y el resto son terrestres.

Aunque dicha declaración es un paso fundamental para asegurar la protección y la conservación de su biodiversidad, aún existen retos muy importantes por vencer, como lograr una utilización sostenible de los ecosistemas naturales mediante el control de la sobrepesca y la pesca ilegal, que han mermado considerablemente la pesquería de tiburón y mantiene a otras en estado crítico, como las de la sardina y el camarón o la totoaba, ésta última, una especie endémica que está prácticamente extinta.

A la sobrepesca y la pesca ilegal se suman otras actividades que amenazan a la región, como son la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la contaminación, las descargas de aguas residuales, la agricultura y la acuacultura no sostenibles y la destrucción de hábitats por parte de desarrollos turísticos incontrolados.

La declaratoria de la UNESCO ha servido como estímulo a distintos sectores de la sociedad a unirse para hacer los ajustes necesarios a las leyes ambientales y diseñar y poner en marcha programas en favor de la protección de los ecosistemas y de los recursos naturales, terrestres y marinos de esta excepcional región, como es el caso del esfuerzo en crear un modelo de Red de Zonas de Refugios Pesqueros/Reservas Marinas para el repoblamiento de especies en el Golfo de California, con el que trabajan en conjunto, desde 2007, la Fundación Mexicana para la Educación Ambiental, la Comisión Nacional de Pesca (CONAPESCA), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), el Gobierno de Baja California Sur, Niparajá, Comunidad y Biodiversidad (COBI), y distintas cooperativas pesqueras de la región, frente a las costas de Baja California Sur.