La península de Baja California es una región reconocida como uno de los últimos reductos naturales en el planeta que cuenta con excepcionales características paisajísiticas de gran belleza y con una diversidad biológica, tanto en flora como en fauna, especialmente marina, únicas en el mundo.

En las costas y mares que la circundan, se encuentran dos sitios naturales declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO): el Santuario de Ballenas de El Vizcaíno, donde se reproduce la ballena gris, y las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California.

Asimismo, en Baja California Sur, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) ha decretado tres sitios como Parques Nacionales para su conservación y aprovechamiento sustentable: el Parque Nacional Bahía de Loreto, el Parque Nacional Cabo Pulmo y el Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago de Espíritu Santo. En este último se gestó la idea de la obra Estancias Sumergidas.

En febrero de 2003, como resultado de un esfuerzo impulsado por la Fundación Mexicana para la Educación Ambiental, y con el apoyo de diversas organizaciones ciudadanas nacionales e internacionales, el Gobierno Federal y el Ejido V. Bonfil, se logró el rescate, la adquisición y la donación a la Nación Mexicana de la isla Espíritu Santo, como parte de un compromiso para proteger y conservar los ecosistemas y los recursos naturales terrestres y marinos de la región.

Con el propósito inicial de conmemorar ese hecho inédito, la Fundación Mexicana para la Educación Ambiental (FUNDEA), participante e impulsora de la iniciativa, y la Fundación Manuel Arango, invitaron a la reconocida artista española Cristina Iglesias a realizar una obra artística submarina y ella aceptó el reto.

Se pensó que la experiencia merecía la pena de ser registrada. Entonces, se buscó el talento y la sensibilidad del cineasta alemán Thomas Riedelsheimer, quien estuvo de acuerdo en realizar un documental sobre el proceso.

Paralelamente, basada en el trabajo de los científicos Enric Sala y Octavio Aburto, la FUNDEA comenzó a trabajar en la creación de una red de reservas marinas en la zona, con la finalidad de proteger los recursos pesqueros.

Así, simultáneamente, en el verano de 2007, se iniciaron formalmente los tres proyectos: Estancias Sumergidas, el documental y la red de reservas marinas.